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El Real Club Mediterráneo ha inaugurado su nuevo puerto deportivo con la Fiesta de la Sirena, una tradicional celebración anual, en la que los socios son los protagonistas, ya que en ella se reconoce diferentes facetas de la actividad que se ha desarrollado en la entidad a lo largo del año.

Fue una día para el recuerdo y la emoción, que comenzó con la despedida de la antigua Casa de Botes, que ha ocupado el Club Mediterráneo, junto a la Farola, desde 1953. Se trató de un acto íntimo, con reconocimiento a históricos de la vela y del remo malagueño. Entre otros, estuvieron presentes el campeón del mundo Félix Gancedo y la doble campeona olímpica Theresa Zabell.

El Real Club Mediterráneo echó el cierre arriando, al son de violines,  la grimpola que ha ondeado sobre la Casa de Botes más de 60 años y trasladando esta insignia en un barco de vela, junto con la imagen de la Virgen del Carmen, a su nuevo emplazamiento en el Centro Náutico, que está ubicado al final del dique de Levante.

La embarcación, a bordo de la cual iba el presidente de la entidad, José Agustín Gómez-Raggio, acompañado por varios mientras de la Junta directiva y escoltado por regatistas y remeros, fue recibida por casi 400 socios en el nuevo puerto deportivo. Tras el izado de la grimpola en las recién estrenadas instalaciones, a cargo del vicepresidente del Club, Antonio Miguel Sel y el capitán de Remo, Manuel Rodríguez, dio comienzo la Fiesta de la Sirena.

La velada fue presentada por María Huelin y el periodista de Canal Sur Antonio Rengel, quienes afirmaron que la fiesta de la Sirena de este año era especial, ya que “estamos en la nueva casa, en el lugar elegido para que continúe la larga historia del Club. Este nuevo Centro Náutico representa el futuro”.

Y como se trataba de que los socios fuesen los verdaderos protagonistas de la noche, se entregaron los premios a los ganadores de los torneos sociales que se han celebrado durante el verano, “y cuya participación confirma que este club cada vez está más vivo, que goza de una excelente salud y que tiene un futuro aún por escribir”, afirmó María Huelin.

También hubo un reconocimiento para los socios que han cumplido sus bodas de oro con el Club, personas que “durante más de 50 años han alimentado el espíritu que nació en septiembre de 1873 gracias a un grupo de remeros que se unió para fundar lo que entonces se llamaba Club Mediterráneo”. Estos socios son Emilio Navarrete Urieta, José Crespo Erchiga, Gonzalo Martínez Jiménez, Arturo Esteve Secall, Federico Cristofol de Alcaraz, Mª Rosario Marfil Gómez, Carlos Manuel Marín Romero, Carlos Gómez Carrera, Eduardo Cestino Pérez y María Victoria Ortiz de la Torre. Asimismo, recibió un escudo honorífico del Club Eugenio López Santos.

Durante la velada, el presidente del Real Club Mediterráneo, José Agustín Gómez-Raggio, hizo entrega al presidente del Club el Candado, José Miguel Arregui, de una placa conmemorativa por sus 50 años de historia. Fueron también protagonistas de la noche los propietarios de embarcaciones, que han sido los primeros en adquirir su derecho de atraque, y la primera promoción de la Escuela de Enseñanzas Náutica del Real Club Mediterráneo.

El broche de oro de la velada lo puso la elección de la Sirena, una tradición que viene celebrándose desde 1957 y que se designa entre las jóvenes socias que reúnan una serie de valores, como son el esfuerzo, la superación personal y entender el deporte como una oportunidad para educar en valores. La elegida en 2014 ha sido María López-Herrero López, joven de 19 años y brillante estudiante de Medicina. La Sirena 2014 recibió la banda de la saliente, Marta Benthem, tras lo cual dio comienzo un baile que fue amenizado por la orquesta Espectáculos Málaga.