Vuelta a casa por una temporada. Esta semana hemos estado charlando con Carlos Llamas, ilustre regatista malagueño de la clase Snipe del Real Club Mediterráneo, que desde mediados de noviembre está desarrollando en nuestras instalaciones una estancia de entrenamiento para la preparación de la campaña olímpica que está haciendo con un equipo de 49er compuesto por dos chicos uruguayos.

Carlos Llamas siente al Real Club Mediterráneo su casa, lleva a su club en el corazón, a un club que le vio crecer como persona y como deportista, para después convertirse en un regatista de prestigio.

A continuación, os dejamos una breve entrevista con Carlos:

¿Cómo comienza tu vinculación del deporte? ¿A qué edad?

Mi vinculación con el deporte empieza aquí, en el Real Club Mediterráneo, y fue una cosa muy curiosa. Yo montaba en bicicleta, con un equipo ciclista y, con 16 años, me uní a unos entrenamientos que organizaba Félix Gancedo en Churriana. En este grupo estaba también Antonio Miguel Sel y un día me invitó a probar la vela. El primer día que navegué fue con un poniente de 25 nudos dentro  del puerto de Málaga, en pantalón vaquero y aquí surgió mi interés por navegar (era menos duro que montar en bici y más fácil ganar). A partir de este momento, decidí dedicarme a este deporte.

En el año 77 acudí con Antonio al Campeonato de España en Ciudadela y ya en el año 78 fui Campeón de Europa con Félix.

 Hay un momento en el que se da el salto a lo “profesional”. ¿Cómo lo afrontaste?

 Poco a poco te vas haciendo profesional. Es decir, cuando ya le dedicas mucho más tu tiempo a navegar que a trabajar, hay un momento en el que te dices: ¿cuál es mi sitio? Entonces, tuve la ocasión de poder llevar un equipo olímpico de tres chicas a las Olimpiadas de Atenas y así di el salto. Me marché a Santander, al centro de alto rendimiento, invirtiendo mucho dinero y sacrificio para dedicarme a la vela, pues me tuve que convertir en un profesional para dedicarme a ello y ser un referente a nivel nacional.  

¿Y tu vinculación con el Club? ¿Cuándo comienza?

Yo soy malagueño y socio del Real Club Mediterráneo desde que nací. Aunque por temas profesionales me tuve que marchar en el año 2000, estuve durante 40 años viniendo todos los días. Aquí tuve mis primeros amores, mis primeros desengaños, mi iniciación con el deporte, mis primeros amigos,…en definitiva: el club era mi casa.

De todos tus logros deportivos, ¿cuáles destacarías y por qué?

 Sinceramente, mi mayor logro no es haber ganado campeonatos del mundo – que han sido 13 o 14 – o europeos. Mi mayor logro deportivo es la formación de nuevos talentos. Por mi han pasado todos los “tíos buenos” que hay España, es decir, todos los olímpicos de vela que han tenido opciones a medalla, entre ellos, Iker Martínez, Fernando Echávarri, Tamara Echegoyen, Jordi o Diego Botín. He tenido la gran suerte de estar con los mejores. En todos ellos he podido dejar mi sello y mi forma de trabajar, que es lo que más me enorgullece. El reto y la ilusión de que te llegue un deportista número 60 del mundo y le haces que sea medalla me llena muchísimo más que ganar campeonatos.

¿En qué está consistiendo tu trabajo con estos chicos uruguayos?

 Yo fiché con ellos después del mundial de Canadá y conseguimos quedar en grupo oro entre los 25 mejores del mundo. También decidieron contar conmigo para la preparación olímpica de cara a París. Estos dos chavales de 20 y 21 años, Fer y Hernán, están viviendo en Europa, dedicándose exclusivamente a la vela, y necesitaban tener a alguien de referencia en todos los sentidos.

Venimos de estar dos meses en Santander, pero yo quería hacer trabajos muy específicos y tuve la oportunidad de venirnos aquí, a casa, al Real Club Mediterráneo.

Son muchos los jóvenes deportistas del Club y fuera de este que seguro querrían iniciarse en el mundo de la vela. ¿Qué les dirías para que dieran el paso? ¿Qué podría hacer la sección para crecer?

 Yo le diría a los chicos que prueben la vela, que salgan un día a navegar, a ver si sienten el pellizco. Y si lo sienten, que se queden. Con un par de días que salgas a navegar, puedes darte cuenta si te gusta o no te gusta.

Al margen de esto, la clave sería tener un buen grupo de gente de vela, que estuviese activo, entrenándose y haciéndose visible cada día, tanto en invierno como en verano, tener a alguien de referencia liderando el grupo, trabajar con los colegios, hacer bautizos de mar gratuitos, etc.

También recordando, en los años 60-70, hacíamos multi-deporte y en la propia práctica se iba viendo el talento de cada uno hacia un deporte u otro. Si esta fórmula volviese, podría ser un modo de captar a jóvenes hacia la sección que sean válidos para la vela.

Al final el deporte, es una forma de vida, qué más da el deporte que practiques, lo único es que probando más deportes uno se puede dar cuenta de cuál es el que más disfruta y cuál es el que más le apasiona.

Habrá quien piense que practicar deportes náuticos como la vela suponen un gasto importante. ¿Es eso cierto o está al alcance de muchos?

 El inicio es caro, pero como todos los deportes profesionales – el tenis o el golf sin ir más lejos – pero después, también ganas. Pero de dónde salga el dinero también se puede gestionar de distintas formas.

 Y por último, el año que viene celebramos el 150 aniversario de la fundación del RCM. Desde tu punto de vista, ¿qué es para Málaga el Real Club Mediterráneo?

 Pues aunque ha habido varias etapas para este club, sin duda, el Real Club Mediterráneo es indiscutiblemente importantísimo para Málaga. Y para mi en particular, este club es mi casa.

Gracias Carlos, ha sido un placer.