Un centenar de amigos participaron en la celebración del 80 aniversario de la Sección de Natación del Real Club Mediterráneo, que consistió en un entrañable encuentro de varias generaciones de nadadores en el Salón Rosa de los Vientos, seguido de un almuerzo, durante el cual se contaron anécdotas y vivencias y se proyectaron fotos y vídeos para recodar estas ocho décadas de la Natación en el Club.

Allí se pudo ver a históricos como Octavio Apalategui, Manolo Caro, Manolo Gil Quero, Eduardo Crooke, Miguel Taboada, Ignacio Valls, José María Valls, Emilio Jiménez, José Nuñez, José Manuel Nogueira, Alfonso Wuchenphenning, Carlos Jiménez o Joaquín Canales. También hubo un nutrido grupo de waterpolistas como Javi Castellanos, Félix Narváez, Pedro Galdón o Alfonso Wuchenphenning hijo

También por parte de las chichas, acudieron, entre otras, Inés Nuñez, Leticia Fontestad, Hilda Herrero, Mariquilla Ruiz del Portal, Hilda Jiménez, Amparo Simón, Adela Liñán, Tutu Liñán, Rocío Denis, Carmen Mauri, Milen Magnier, Montse Caballero, Mercedes de Echevarria, Silvia García Barrios o Mercedes García.

Especialmente emotiva fue la intervención de María Peláez, buque insignia de la Sección, que anunció su futura maternidad, embarazada de cinco meses de una niña.  Peláez afirmó que “he tenido la suerte de nadar durante 25 años y me reafirmo en no haber cambiado nunca de Club. Estuviese quien estuviese, en todo este tiempo siempre me he sentido apoyada por un gran equipo humano que es mi segunda familia. Y ese es además el mayor éxito que recuerdo, el personal y humano y el cariño de la gente”.

Fueron muchos los que quisieron dar su testimonio y aportar un granito de arena a este reencuentro: el grito de guerra “los patitos”; anécdotas de competiciones y entrenamientos, como Mercedes rescatando del pelo a sus  jóvenes alumnos; los fríos inviernos sin piscina cubierta y el salto cualitativo que se experimentó cuando se inauguró, las exhibiciones de trampolín… También hubo un recuerdo para los que ya no están, como Laureano Liñán, que con su empeño consiguió financiación para construir el complejo de la piscina cubierta ayudado por Tomás García Zamudio, el padre de la natación malagueña y entrenador de varias generaciones de nadadores.

Entre las promesas y los proyectos de futuro, una nueva piscina cubierta de 25 metros y la vuelta del waterpolo.